Para definirlo en términos simples, podemos decir que el comercio electrónico (e-commerce) es el proceso mediante el cual dos o más partes realizan una transacción de negocios a través de una computadora y una red de acceso.
A nivel mundial, las cifras ya reflejan el enorme potencial de hacer negocios através de internet. Según el sitio Internet Live Stats, en promedio 40 por ciento de la población mundial cuenta con una conexión a internet. De acuerdo con un reporte de la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), en México, 51.2 millones de personas son usuarios frecuentes de internet, y el mercado de las ventas online de productos y servicios tiene un valor estimado de 121 mil millones de pesos.
Pero, ¿qué significa todo esto para tu negocio? De manera simple, podríamos decir que contar con una página web para promocionar tu producto o servicio convertirá a tu negocio en una tienda virtual, disponible y abierta los 365 días del año, las 24 horas del día. Además, te permitirá formar una cartera de clientes que, incluso, podrían encontrarse del otro lado del planeta.
En Estados Unidos, empresas como Amazon.com (la mayor librería en línea del mundo) o Dell Computers han hecho del e-commerce una realidad: en 2013, la primera reportó ingresos por más de 74 mil millones de dólares y, según Forbes, en 2014 la segunda reportó ingresos por más de 57 mil millones de dólares.
En México el e-commerce aún tiene un largo camino por recorrer; aunque no existen casos rotundos como Amazon.com o Dell Computers, son ya cada vez más empresas de todo tipo y tamaño que están echando mano de la red para promocionar sus productos o servicios en todo el mundo.
«Hacer» comercio electrónico no es tan fácil como podría parecer. Requiere llevar a cabo un proceso que va desde determinar los productos y servicios que se desean promover en línea hasta redefinir los procesos de venta, distribución, cobranza, marketing y servicio al cliente. Los siguientes son los pasos que no deberás perder de vista antes de entrar en el mundo del comercio electrónico.
1. Define qué tipo de producto vas a vender
El proceso de implementar y colocar un sitio web para vender productos o servicios en línea empieza desde definir el tipo de producto a vender, pues no todos los productos o servicios son susceptibles de venderse en línea.
Antes de fundar Amazon.com, Jeff Bezos realizó una inmensa lista de productos posibles y optó por los libros luego de darse cuenta de que éstos ofrecían un alto porcentaje de utilidades, tenían pocos errores de fabricación, tenían una presencia establecida en el mercado, eran fáciles de almacenar y susceptibles a todo tipo de ofertas y promociones.
Asimismo, el aspecto demográfico es fundamental: si piensas vender un producto o servicio para personas de más de 60 años, por ejemplo, quizá ésta no sea la mejor opción, al menos ahora que la mayoría de los usuarios en línea están en el rango de los 20 a los 40 años de edad.
2. Busca un proveedor especializado
Además de empresas multinacionales como IBM, Microsoft o Hewlett Packard, existen en México varias firmas especializadas en ofrecer soluciones completas a empresas interesadas en hacer comercio electrónico. El apoyo que ofrecen va desde el diseño de un sitio web hasta la instalación y manejo del software que se requiere para realizar transacciones en línea.
Para que puedas generar comercio electrónico, asegúrate de que el proveedor de hosting (quien colocará tu página en el servidor) te garantice transacciones seguras, de modo que la información confidencial de tus clientes permanezca encriptada durante y después de su transmisión.
Un proveedor de este tipo se encargará también de registrar tu nombre de dominio -por ejemplo: www.su-compania.com.mx– y te atenderá en toda la etapa de implementación de tu tienda virtual.
3. Cuida el diseño
Aunque no es fundamental, el diseño de tu página web sí es importante. Ésta deberá distinguirse de las millones de páginas existentes, pero sobre todo, deberá contener espacios atractivos para ofertas o promociones actualizables y definir la manera en que se puede navegar por tu sitio.
Te recomendamos también contar con buenos encabezados en tus páginas principales, ofrecer enlaces (links) a otros sitios de interés y contar siempre con un espacio para las sugerencias de sus clientes.
4. Asegura tu producción
Procura utilizar fotos o imágenes de los productos o servicios que ofreces, pero asegúrate de que sean artículos con disponibilidad en inventarios. Es mejor ofrecer lo que ya se tiene (aunque sea poco) y no quedar mal con un producto anunciado que podrías no tener en existencia.
5. Planea la logística
Apóyate en empresas de mensajería o paquetería para empaquetado, rastreo y entrega de mercancía. De preferencia, busca que dicha compañía tenga cobertura mundial y cuente con servicios de rastreo electrónico efectivo de sus envíos, en caso de que se presenten problemas.
6. Establece un plan de cobranza
En México existen actualmente tres formas de asegurar el pago seguro de una venta electrónica: la primera consiste en recibir depósitos en una cuenta de cheques previo a cerrar la venta y, aunque así lo hacen muchas tiendas virtuales, no es un método útil si quieres vender en el extranjero. En este caso, el envío de un giro postal podría ser la alternativa, aunque los consumidores en línea prefieren mecanismos más directos y rápidos.
La otra forma de pago involucra el uso de una tarjeta de crédito (opción muy utilizada ya por los grandes de comercio electrónico), pero que todavía presenta algunos problemas ante la falta de sistemas seguros y de encriptamiento de información crediticia. Esto, sin embargo, ya está cambiando y algunos bancos y empresas de telecomunicaciones ya se han aliado para ofrecer transacciones seguras a través del pago con tarjeta de crédito.
7. No pierdas de vista a tus clientes
Tener una tienda virtual no significa que debas olvidarte de tus clientes; por el contrario, un buen sitio web te ayudará a tener información en línea detallada y actualizada sobre tus clientes actuales y potenciales de modo que puedas ofrecerles servicio durante y después de la venta. Te recomendamos dar seguimiento a todos los e-mails, mensajes en redes sociales o llamadas de consulta que genere tu página.
Procura que los consumidores registren sus nombres junto con otra información (hobbies, estilo de vida, profesión, etc.) y, a cambio, compénsalos con algo significativo como noticias personalizadas, entretenimiento, artículos promocionales o membresías.
Aun cuando cumplas con todo lo anterior, la falta de promoción de tu tienda virtual es casi como instalar un tienda física en un departamento interior de un quinto piso, de un edificio sin anuncio exterior: los clientes no tendrían manera de encontrarlo.
Por fortuna, promocionarse y anunciarse en el mundo virtual es mucho más fácil y barato de lo que mucha gente cree. Lo primero que deberás hacer es registrarte en los principales motores de búsqueda y directorios de internet, como Google y Yahoo.
Las redes sociales juegan un papel fundamental en la promoción de tu negocio. Para conformar un grupo de seguidores que sean fieles a tu marca, deberás seguir una estrategia de social media que te permita interactuar con ellos en el día a día. En este sentido, Facebook y otras redes como Twitter, Pinterest e Instagram juegan un papel fundamental.
Por otro lado, Google Adwords es una plataforma que te permite anunciar tu negocio en Google, lo que incrementa de manera notable las ventas en línea. Este servicio únicamente se cobra cuando los usuarios clic en tu anuncio para visitar tu sitio web.
Si lo que buscas es publicidad y promoción directa, puedes recurrir a los banners (cintillos que aparecen en la parte superior o lateral de una página web) cuyo precio varía dependiendo del tamaño o características del anuncio. Un banner le permite a un usuario de hacer clic en el mismo para llegar directamente a tu negocio. Existen también programas de intercambio de banners, en los que no hay que pagar nada, sino simplemente ofrecer la posibilidad de incluir otras empresas en tu sitio.